Cómo elegir la cámara ideal

Diminutas y sencillas, pequeñas y versátiles o más grandes y casi profesionales: la variedad de cámaras digitales ha ido aumentando en los últimos años, creando cierta confusión entre los posibles compradores. Aunque no existe una clara división de categorías, cabe distinguir tres clases principales de cámaras digitales, no sólo en función de su tamaño, sino sobre todo de acuerdo con los siguientes criterios:

En los apartados siguientes se describe de forma breve cada una de estas categorías.
 
 Cámaras compactas de fácil manejo
 
  Si no tiene grandes pretensiones en relación con la composición o la exposición de sus fotografías, sino que le bastaría con sacar las mejores fotos posibles fácil y rápidamente, las cámaras de esta categoría son ideales para usted. Son tan prácticas que se pueden llevar a todas partes y, si la situación lo requiere, muchos de estos modelos no sólo incorporan potentes funciones automáticas, sino también varias opciones de ajuste manual que permiten adaptar la cámara a las circunstancias del momento.

Estas cámaras suelen tener una resolución de entre 1 y 3 MP (millones de píxeles), que desde luego es más que suficiente para obtener copias de alta calidad en papel de formato estándar.
 
 Cámaras con visor clásico
 
  La cámara digital más habitual es comparable a una cámara convencional de 35 mm, tanto en sus dimensiones como en sus prestaciones y manejo. Estos modelos casi siempre incorporan un visor óptico, un objetivo con zoom, un pequeño monitor para visualizar las fotografías realizadas y una ranura para insertar una tarjeta de memoria en la que grabar las imágenes digitales. Una cámara ligeramente mayor tiene una ventaja concreta y es que admite mejores objetivos. Después de todo, los sistemas ópticos suelen tener mayor potencia y prestaciones cuanto mayor es su tamaño.

El funcionamiento de una cámara de este tipo es además muy similar al de las cámaras convencionales: se mira por el visor, se elige la zona a fotografiar y se deja que los programas automáticos se ocupen de enfocar y de ajustar correctamente la exposición. La cámara suele dar las gracias realizando buenas fotos.

Si prefiere realizar estos ajustes usted mismo, verá que las cámaras con visor suelen ofrecer más opciones para anular las funciones automáticas que los modelos ultracompactos, por ejemplo, para realizar el enfoque de forma manual y para ajustar la velocidad de obturación y la apertura.

Las cámaras de esta categoría suelen tener una resolución de 3, 4, 5 ó 6 millones de píxeles, lo que significa que se recogen datos suficientes para obtener incluso copias de mayor formato (más información sobre esta cuestión en el apartado Del píxel al papel).
 
   Índice  atrás  siguiente   ¿Mucho o aún más? La resolución