Composición II

     
     
  Componer la fotografía  
 
En el trabajo fotográfico existen dos grandes formas de componer la imagen:

a)
La que se realiza en el estudio del fotógrafo
b)
La que se realiza en exteriores



En la tranquilidad del estudio, el fotógrafo puede organizar los elementos según sus criterios estéticos.


La segunda posibilidad, la que corresponde al trabajo realizado en exteriores, en las llamadas fotografías instantáneas, el fotógrafo suele tener pocas posibilidades de controlar y modificar la situación de los elementos. En estos casos, la composición es el resultado de un determinado encuadre. Es decir, primero se encuadra la escena a fotografiar y la composición es el resultado del encuadre, del punto de vista y la posición de la cámara. Si la composición no satisface al fotógrafo, la solución pasa por modificar la posición de la cámara o el punto de vista. Esta es la forma de componer la gran mayoría de fotografías que se realizan en el mundo.

No existen reglas fijas para determinar cómo debe ser una buena composición. Sin embargo, se puede establecer que la mejor composición es aquella que consigue transmitir la información, las emociones o las sensaciones que desea expresar el fotógrafo al espectador de la imagen.



Situar el motivo

La situación del motivo dentro del encuadre equivale a hablar de la composición de la fotografía. Existe una tendencia generalizada a situar el motivo principal en el centro del encuadre. Ello se debe, en gran medida, a que las cámaras tienen los sensores o dispositivos de enfoque situados en el centro del visor. El usuario enfoca, ya sea de forma manual o automática y, a continuación, toma la fotografía. El resultado suele ser poco interesante y monótono, ya que la imagen centrada tiende a la simetría y, por otra parte, situar de forma habitual el motivo en el centro del visor no provoca ninguna sorpresa en el espectador.


Situar el elemento protagonista a un lado de la composición, crea una cierta sorpresa en el espectador y contribuye a aumentar el interés visual por la imagen.

Enfocar y componer

Todas las cámaras permiten realizar el enfoque y la composición como operaciones independientes. Cuando la cámara está ajustada para trabajar en enfoque automático (autofocus), el sistema se acciona mediante el botón de disparo.



En el caso de que la cámara esté ajustada para enfoque manual, se debe enfocar colocando el motivo principal en el centro del visor y, a continuación, se puede encuadrar situándolo a uno de los lados sin que sea necesario mantener apretado el botón de disparo, ya que el sistema de enfoque automático se encuentra desconectado.



La regla de los tercios




Al desplazar el horizonte del centro de la imagen se obtiene una composición asimétrica. Sitúa el horizonte en el tercio inferior cuando quieras otorgar el protagonismo al cielo, y en el tercio inferior cuando el protagonismo esté en el suelo. Evita colocar el horizonte en el centro del encuadre.


Las dos líneas verticales son de gran utilidad para situar, por ejemplo, una persona ante un paisaje. Un ciclista, o un atleta, que se desplaza hacia la derecha se debería situar en el tercio de la izquierda, dejando espacio (aire) delante de él.




La simetría

La simetría se produce cuando existe un elemento central, que divide la imagen en dos partes, y elementos que se repiten a uno y otro lado. Las fotografías simétricas suelen producir sensaciones agradables en los espectadores de las imágenes.


Las fotografías simétricas, inicialmente agradables, hacen que muchos aficionados caigan en la repetición y sus imágenes, por repetitivas, sean monótonas y poco sorprendentes. Sin embargo, desde el punto de vista de la composición, se considera que, en general, las fotografías asimétricas tienen más fuerza expresiva.



La composición simétrica transmite sensaciones ligadas a la estabilidad y a la serenidad. En este caso, la toma en contrapicado aporta dinamismo a la imagen.

La asimetría

Una composición asimétrica suele tener mayor impacto expresivo, provoca sorpresa en el espectador y es más ágil y dinámica que una simétrica.


Realizar fotografías asimétricas puede significar, al principio, una mayor dedicación por parte del fotógrafo en el proceso de encuadre y composición de la imagen. Encontrar el equilibrio de la imagen mediante la simetría es un proceso rápido, mientras que hacerlo con la asimetría requiere una mayor atención.



La composición asimétrica no tiene que ser, necesariamente, una imagen desequilibrada. En este caso, el mayor espacio de la parte derecha ayuda a equilibrar la composición.



 

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