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Encuadre y tema |
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Encuadrar es la acción de seleccionar, a través
del visor, aquello que el fotógrafo desea captar en una fotografía. Encuadrar
significa, por tanto, establecer los límites de la fotografía y decidir
qué elementos aparecerán en la imagen.
Una de las muchas
características de las cámaras digitales consiste en su capacidad de
aplicar el método de "apuntar y disparar", sin que sea imprescindible un
control manual sobre los parámetros de exposición. Sin embargo, si no se
presta atención a los elementos que aparecen en el visor, que son los que
conforman la fotografía, se corre el riesgo de malograr la toma. Una
máxima a recordar consiste en que en la fotografía sólo deben aparecer los
elementos que facilitan la comprensión del tema y, en su caso, aquellos
que pueden ayudar a potenciar la intención del fotógrafo.
El
fotógrafo debe dedicar tiempo a analizar todo aquello que ve a través del
visor y ser capaz de seleccionar sólo lo estrictamente imprescindible. Por
lo general, una fotografía será más fácil de comprender para el espectador
cuantos menos elementos contenga. En este sentido, la imagen debe incluir
sólo lo que sintetice la intención expresiva o comunicativa del fotógrafo.
En estas cuatro fotografías puede apreciarse la importancia del encuadre.
Un mismo escenario puede contener diversas fotografías posibles. En el
plano general se aprecia la totalidad de la escena; en la segunda se otorga
protagonismo al edificio; en la tercera, la fragmentación potencia el
grafismo y las figuras; por último, la cuarta toma permite establecer
una clara comparación entre la grandiosidad del edificio y la minúsculas
figuras de la parte inferior izquierda.
Cómo encuadrar mejor
La mejor fórmula para aprender a encuadrar lo
estrictamente necesario es muy simple pero, al principio, requiere un
poco de paciencia. Resulta imprescindible dedicar un cierto tiempo a analizar
todo lo que aparece en el visor.
Una vez que el fotógrafo ha decidido la posición, el ángulo de toma y
la distancia de trabajo, debe comprobar si todo lo que aparece en el visor
resulta necesario en la fotografía. Si algo no favorece a la imagen, se
debe cambiar la posición, intentar modificarlo o, en último caso, esperar
a que las condiciones puedan ser más favorables para la toma.
El entorno del motivo principal, el fondo, los colores, la posición del
sol y la importancia de las sombras, son los aspectos fundamentales que
se deben controlar. Un entorno confuso cerca del motivo, fondos demasiado
claros o gráficamente muy potentes, colores llamativos en el entorno o
el sol situado detrás del protagonista, pueden hacer que la toma no cumpla
con los requisitos mínimos para ser considerada una buena fotografía.
Concretar el tema
Cuando en fotografía se hace referencia al tema,
se suelen incluir en este concepto dos grandes posibilidades: el propio
contenido de la fotografía y el género fotográfico al que pueda pertenecer
(paisaje, retrato, reportaje, etc.). Por ejemplo, una fotografía puede
tener como tema el retrato y formar parte de un reportaje. O, quizá, el
tema podría ser la contaminación ambiental y la fotografía, es decir,
el género, de paisaje. En nuestro caso, cuando hacemos referencia al tema
nos estamos refiriendo al contenido de la fotografía, no al género a que
ésta pertenece
Un plano
general de un parque dificulta la comprensión de la escena. Resulta casi
imposible saber qué quiere transmitir el fotógrafo. En la segunda toma,
realizada a corta distancia, el tema queda perfectamente definido
Como ya se ha indicado, el mejor método para
definir el tema consiste en incluir pocos elementos en la fotografía.
Basta una rápida observación de las fotografías publicadas en revistas,
periódicos y anuncios publicitarios para comprobar que las imágenes
constan de muy pocos elementos. En muchos casos la fotografía tiene un
sólo elemento. A mayor número de elementos mayor puede ser la confusión
del espectador.
Cuanto más cerca mejor
Uno de los aspectos que suele tener muy en cuenta
el fotógrafo experimentado es la distancia a la que se toma la fotografía.
El mejor consejo consiste en tomar la fotografía a la menor distancia
posible. Por el contrario, el fotógrafo principiante suele tener una cierta
tendencia a pensar que cuanto más lejana sea la toma más espontánea será
la fotografía.
Las tomas cercanas transmiten sensación de proximidad y calidez, especialmente
en temas humanos. Las fotografías tomadas a corta distancia, al excluir
entornos poco adecuados, son mucho más espectaculares y potencian el protagonismo
del motivo.
Acercarse con la cámara
Siempre que sea posible, resulta más recomendable
acercarse con la cámara que con el zoom en posición de teleobjetivo. El
acercamiento óptico, mediante el zoom incorporado a la cámara, provoca
una compresión de la perspectiva y la imagen transmite una cierta sensación
de distanciamiento. Por el contrario, una toma cercana y realizada con
el zoom en posición de angular, transmite una mayor implicación en el
tema y el espectador lo percibe como algo más próximo.
Las dos opciones pueden ser válidas, todo dependerá de las intenciones
del fotógrafo, pero no hay duda que la proximidad sorprende mucho más
al espectador que la lejanía.
La primera toma
se ha realizado demasiado lejos y desde un punto de vista excesivamente
elevado. Por el contrario, en la segunda se ha reducido la distancia de
toma, se ha bajado el punto de vista y se ha mejorado la iluminación.
Destacar el motivo
Una excelente forma de reforzar el protagonismo del motivo consiste
en enmarcarlo o realzarlo mediante el entorno. Por ejemplo, una persona
asomada en una ventana, situada en una zona iluminada por un rayo de sol,
o en un claro entre la vegetación, son algunas de las diversas fórmulas
para destacar el motivo aprovechando el entorno que lo rodea.
Este método también es muy utilizado para transmitir situaciones o sensaciones
relacionadas con la intimidad, la calidez o, incluso, la claustrofobia
o el agobio.
Vertical/horizontal
En la fotografía digital, y especialmente según
el tipo de cámara que se utilice, se tiende a tomar las fotografías en
sentido horizontal. Ello comporta una mayor comodidad en el visionado,
ya sea a través de la pantalla LCD o del monitor del ordenador. Sin embargo,
esta comodidad no significa que, como en la fotografía química, no deba
tenerse en cuenta la orientación del formato.
Naturalmente, la decisión última la tiene el fotógrafo, pero resulta fácil
encontrar situaciones en las que el formato vertical puede resultar más
interesante que el vertical y viceversa.
Pasar de un formato horizontal al vertical, o al revés, no sólo es un
cambio estético, al modificar el encuadre y la composición se pueden producir
cambios en el contenido de la fotografía. El fotógrafo debe controlar
si el cambio resulta positivo tanto en la composición como en la fuerza
estética y expresiva de la fotografía.
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 | La toma vertical
ofrece una visión limitada de la escena, mientras que la horizontal mejora
notablemente el interés de la fotografía. La inclusión de la columna en el
tercio de la izquierda contribuye a reforzar la sensación de perspectiva y
profundidad.
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