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Trabajar con luz ambiente |
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Uno de los aspectos que mejor debe dominar
el fotógrafo es el control de la luz. Una luz favorable potencia la fotografía,
mientras que una luz poco adecuada puede arruinar una toma. Ello comporta
que el fotógrafo debe saber adaptarse a las diferentes condiciones de
la luz ambiente, ya sea ésta natural o artificial, y obtener el mejor
partido de cada situación.
La luz natural
Por luz natural se entiende la que proporciona
el sol. A lo largo del año, y de las diferentes estaciones meteorológicas,
el sol va modificando su recorrido y ofrece visiones diversas de los mismos
motivos. Ilumina de forma diferente el paisaje, incide con distintos ángulos
sobre los motivos y penetra a través de las ventanas de las casas desde
direcciones distintas.
En estas cuatro fotografías puede apreciarse como la
luz, propia de las diferentes estaciones meteorológicas, otorga una atmósfera
especial a cada imagen. La frialdad de la luz de invierno, contrasta con
la sensación de verano (puerta), la del otoño (campo) y el luminoso esplendor
de la primavera.
Luz y contraste
Cuando en fotografía se habla de contraste, se está haciendo
referencia a la diferencia que existe entre la iluminación de las distintas
partes de la escena. Las escenas o motivos a fotografiar se pueden resumir
en tres grandes situaciones posibles: alto
contraste, bajo contraste y contraste normal.
Así, una escena muy contrastada es aquella que tiene partes muy iluminadas (altas luces) y partes
de sombra profunda (sombras). En estos casos los extremos, luces y sombras,
pueden quedar fuera de la capacidad de registro del soporte utilizado,
ya sea químico o digital.
Por el contrario, una escena de bajo contraste es aquella en la que existe poca diferencia entre las zonas
más y menos iluminadas. Las escenas de bajo contraste no necesariamente
comportan fotografías con problemas técnicos. Por ejemplo, un paisaje
nevado al sol de mediodía puede tener mucha luz y ser poco contrastado
si no existen sombras. Si la exposición es correcta, la nieve se representará
como blanco iluminado sin más problemas.
Por último, una escena de contraste normal es aquella que se puede reproducir de tal forma que las luces
y las sombras se representan con detalle.
Mediante los controles de la cámara puedes alterar el
contraste de la escena. En estas tres fotografías se puede apreciar el
resultado de ajustar un contraste alto, bajo y normal.
Luz y climatología
Entre los aficionados existe una tendencia generalizada
a tomar fotografías durante los días soleados. Los días lluviosos, nublados,
ventosos o, incluso, con niebla son situaciones excelentes para fotografiar
los motivos con una luz especial. Estas situaciones son una excelente
oportunidad para plasmar en las fotografías los motivos con un aspecto
distinto, menos tópico e inusual.
Los días lluviosos o con niebla ofrecen una visibilidad reducida, ello
comporta que se deban descartar los planos generales y, si es posible,
la inclusión del cielo dentro del encuadre. Las tomas cercanas, o situar
algún elemento en primer término, facilita la obtención de fotografías
distintas y alejadas de las imágenes tópicas de paisajes. Aproveche estas
condiciones de luz para realizar planos muy cortos o incluso practicar
la fotomacrografía.
Los días nublados son también una excelente oportunidad para la realización
de tomas de retrato. La luz del sol, difundida por las nubes, proporciona
una iluminación suave sobre el rostro del modelo. La luz difusa permite
expresiones más relajadas que cuando los rayos del sol inciden directamente
sobre el modelo.
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Los días de "mal tiempo" también puedes ser aprovecharlos
para realizar fotografías interesantes. Los cielos pueden ofrecer situaciones
muy gráficas y espectaculares. En los planos cortos de naturaleza, la
luz difusa contribuye a suavizar el contraste y permite excelentes resultados
con el color.
El contraste según la época
del año y la hora
Un observador atento habrá podido apreciar como
las características de la luz solar del invierno son distintas a las del
verano. Esta variación provoca que el contraste de las escenas se modifica
en función de la luz que recibe, tanto por la época del año como por la
hora del día.
El hecho de que el recorrido del sol sea más bajo durante el invierno,
provoca sombras más alargadas y una iluminación más contrastada. Es decir,
una mayor diferencia entre las partes iluminadas y las sombras. Estas
condiciones suelen ser aprovechadas por los fotógrafos interesados en
el paisaje, puesto que la luz rasante destaca las texturas y favorece
la representación visual del volumen. Por el contrario, muchos fotógrafos
prefieren la primavera y el otoño para sus fotografías de paisaje, por
ser en ellas cuando se producen las situaciones de luz menos extremas.
En verano el sol describe una trayectoria más alta. Al mediodía se encuentra
en su cenit y las sombras casi desaparecen bajo el motivo. Ello comporta
que, por ejemplo, un paisaje fotografiado a mediodía ofrece unos resultados
poco interesantes, ya que la luz cenital tiende a aplanar la escena. Un
retrato en esta misma situación tampoco es muy recomendable, puesto que
la luz cenital comporta que los ojos del modelo queden en sombra, la nariz
proyecta una desagradable sombra sobre el labio superior y el cuello también
queda en sombra.
En cuanto a la hora del día, la luz de la mañana suele ser más limpia
que la de la tarde, especialmente en verano, debido a que durante la noche
la humedad deposita las partículas de polvo en el suelo. Al atardecer
la atmósfera suele estar más cargada de polvo y con una visibilidad lejana
más reducida.
La luz artificial
Por luz artificial se entiende toda aquella fuente
producida por el ser humano. En la sociedad actual el ser humano pasa
una gran cantidad de horas iluminado por la luz artificial. Muy pocos
lugares de trabajo en interiores disponen de luz natural. Las bombillas
y, especialmente, los fluorescentes son habituales en el entorno de trabajo
de millones de seres humano. La fotografía digital ha resuelto el eterno
problema de las dominantes de color, producidas por las fuentes de luz
artificial, que se dan en la fotografía química cuando no se utiliza flash.
Mediante un ajuste electrónico se pueden corregir las dominantes y obtener
imágenes con un equilibrio de color parecido al que proporciona la luz
solar.
Equilibrio del color en la
luz natural
A simple vista se puede apreciar que la luz tiene una coloración distinta
a lo largo del día. Las primeras y últimas horas del día ofrecen una luz
más cálida, es decir, produce fotografías con una dominante de color que
tiende hacia el anaranjado, especialmente a la puesta del sol. Estas dominantes
se deben a la posición del sol con respecto a la tierra, y a la capa atmosférica
que deben atravesar sus rayos. El término técnico que describe el color
de la luz se denomina temperatura de color. La temperatura de color se
mide en grados Kelvin (ºK)
y, casi siempre, es la responsable de
la alteración del color en las fotografías.
Estas tres fotografías han sido realizadas a primera
hora de la mañana, a mediodía y a última hora de la tarde. En ellas se
puede apreciar el efecto de la temperatura de color a lo largo del día.
Una misma escena, según la hora, puede aparecer con distintas dominantes
de color.
El balance de blancos
A diferencia de lo que sucede con la fotografía
química, las cámaras digitales incorporan un sistema de detección de la
temperatura de color y una corrección automática, manual o de ambos tipos,
denominada balance de blancos (white balance). Esta opción permite al
usuario realizar fotografías con un equilibrio de color que se aproxima
a su visión de la escena. En algunas cámaras se puede escoger entre el
modo automático, en el que la cámara realiza el balance según parámetros
prefijados para conseguir una corrección del color, y el modo manual,
en el que el fotógrafo escoge entre un abanico de fuentes de luz. Las
más habituales son: Fine (sol), Incandescent (lámparas domésticas de tungsteno),
Fluorescent, Cloudy (nublado) y Flash. Se debe destacar que casi todas
las cámaras ofrecen resultados más que aceptables en el modo automático.
Cuando ajustar el balance
de blancos
Si la cámara dispone de modo manual de ajuste
del balance de blancos, se pueden alterar los resultados a voluntad del
usuario. A pesar de los buenos resultados del modo automático, los ajustes
manuales permiten mejorar algunas correcciones y, también muy importante,
potenciar algunas dominantes con fines creativos.
Fine (sol)
Las tomas realizadas a pleno sol y a mediodía, coinciden con
la temperatura de color que equivale a lo que en términos fotográficos
se denomina luz de día (unos 5.500 ºK) y, por tanto, el ajuste Fine (o
sol) es el adecuado.
Incandescente
Este ajuste es necesario cuando las tomas se realizan
en escenas iluminadas con bombillas domésticas. Éstas suelen ofrecer una
temperatura de color muy baja (inferior a los 3.200 ºK) y ello comporta
una dominante anaranjada. Este ajuste aplica un filtraje electrónico azulado
que restablece el equilibrio de color.
Nublado
En los días nublados, en sobras claras, en paisajes de alta montaña
y en la nieve, se suelen producir dominantes de color azuladas. Ello es
debido a la alta temperatura de color, muy por encima de los 6.000 ºK.
En estas situaciones, el ajuste de Cloudy (nublado) corrige las dominantes
aplicando un filtro cálido que contrarresta la dominante azulada.
Flash
Cuando se acciona el flash, o se ajusta la posición de flash
en el balance de blancos, es un ajuste equivalente a la luz de día, es
decir, a la luz del sol . La temperatura de color que ofrece el flash
es equivalente a la luz del sol a mediodía, unos 5.500 ºK. Ello permite
combinar el flash con la luz de día (flash de relleno, por ejemplo) sin
que se produzcan dominantes de color.
Alterar el color a voluntad
La manipulación del balance de blancos puede resultar
de gran utilidad no sólo cuando se quiera corregir una determinada dominante,
si no también cuando se desee potenciar o alterar el color de la escena.
Por ejemplo, si en una toma en exteriores de un paisaje marino se ajusta
el balance de blancos para luz incandescente, la dominante será azulada,
potenciando así el color del agua y el cielo. También en una toma al atardecer
o nocturna se puede potenciar, con el mismo ajuste, la dominante azulada.
Ello provocará la sensación de frialdad y de que la escena se encuentra
iluminada por la luna.
Por el contrario, si se desea potenciar la dominante cálida, muy adecuada
en tomas de paisaje otoñal y retratos, se puede utilizar el ajuste para
días nublados o luz de fluorescente. Las fotografías aparecerán cálidas
y agradables a la vista.
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En estas dos fotografías, tomadas a mediodía, se ha alterado
la temperatura de color de la imagen mediante el control de Balance de
Blancos de la cámara. En la imagen más fría (azulada) se ajustó para luz
de tungsteno, mientras que en la amarillenta (cálida) se ajusto para día
nublado.
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