El Retrato

     
     
  El retrato  
  Sin duda el retrato es uno de los temas más explorados en toda la historia de la fotografía. La fotografía de personas tiene una magia especial, puesto que va más allá de la simple captación de un rostro o una figura. Sirve para intentar mostrar cómo es físicamente una persona, pero, al mismo tiempo, la fotografía puede mostrar rasgos característicos de la personalidad o el carácter. Con frecuencia, el retrato revela más de lo que el propio modelo quiere mostrar.



Los aspectos que deberás tener en cuenta pueden agruparse en tres bloques:
  • Técnicos (iluminación y objetivos)
  • Formales (espontaneidad, expresión pose y atmósfera)
  • Estéticos (fondos y maquillaje)


Aspectos técnicos del retrato

Dentro de la técnica fotográfica aplicable al retrato, existen dos apartados especialmente importantes: la luz y el objetivo.

La iluminación

Una iluminación adecuada a las intenciones es fundamental en todas las fotografías, pero en el caso del retrato es mucho más importante, ya que además del efecto estético sobre la imagen, debes contar cómo afecta a la expresión de tu modelo. En los retratos de familiares y amigos, la iluminación básica es, casi siempre, la luz natural. Sin embargo, deberás aprender a valorar la calidad de la luz y como ésta incide sobre el modelo.

En exteriores y con luz natural, ésta puede incidir sobre los motivos desde cinco direcciones básicas:
  • Cenital
  • Lateral derecha
  • Lateral izquierda
  • Frontal
  • Posterior
En estudio se puede crear una dirección más: la inferior, situada por debajo de la figura (clásica en las películas de terror).

La luz cenital es, de las cinco direcciones básicas, la menos adecuada (es la que se produce a mediodía en un día soleado). Como ya sabes, la luz cenital provoca desagradables sombras sobre los ojos, labio superior y cuello. Se pueden suavizar las sombras mediante el flash.




La luz cenital provoca sombras en los ojos, labio superior y cuello. Con la ayuda del flash de relleno, se han iluminado las sombras y los ojos adquieren un brillo que mejora la expresión del modelo

La luz lateral (a primera hora de la mañana o a última hora de la tarde) es muy útil en las tomas de retrato que quieras incluir contraste y desees potenciar la forma y el volumen del rostro. También te permitirá potenciar la textura de la piel. Es una iluminación adecuada para rostros rugosos (ancianos, pescadores, labradores, etc.) y con mucha personalidad. Si quieres un tratamiento más suave o dulce, evita la luz lateral directa. Aprovecha la luz rebotada de una pared o la que se filtra a través de una cortina.




Una luz lateral, procedente de una ventana, deja en sombra la parte derecha del retrato. Mediante una superficie reflectora blanca (pared, cartulina, sábana, etc.), situada en el lado opuesto de la ventana, se puede reducir el contraste en el retrato.

La luz frontal aplana el volumen del rostro y puede contribuir a disimular pequeños defectos en la piel (como un grano, por ejemplo). Pero, situar al modelo de forma que el sol incida directamente sobre la cara provoca, inevitablemente, desagradables muecas en la expresión y mucha incomodidad. El viejo recurso de trabajar con el sol a la espalda del fotógrafo, en el caso del retrato, no es muy recomendable.


La luz frontal puede llegar a ser molesta para el modelo, pero resulta muy adecuada para mostrar pieles "limpias" y disimular pequeñas imperfecciones cutáneas. La luz frontal (plana) también reduce el volumen del rostro.

La luz posterior (o contraluz), es una iluminación que puede resultar muy cómoda para el modelo y espectacular en los resultados. Sin embargo, esta opción exige que tengas mucho más cuidado con la exposición. Deberás acercarte, realizar la medición de la luz sobre el rostro de tu modelo, bloquear la exposición y regresar al lugar desde donde quieras realizar la captura. De esta forma conseguirás la exposición adecuada, sin que la luz del fondo afecte a la lectura del exposímetro (también puedes utilizar el compensador de exposición en +EV). En este caso, obtendrás una exposición correcta sobre el rostro y un fondo sobreexpuesto (claro).

Alrededor de la cabeza del modelo, especialmente en el pelo, obtendrás una interesante aureola de luz. En algunos casos puedes encontrarte con una exposición correcta, pero con los ojos un poco apagados por efecto del contraluz. Procura que los rayos del sol no incidan directamente sobre el objetivo.

También tienes la opción de realizar una exposición automática y accionar el flash para que actúe como luz de relleno. Para que el flash ilumine las sombras deberás estar lo suficientemente cerca del modelo. Si es así, obtendrás un rostro iluminado (con los ojos brillantes por efecto del flash) y un fondo correctamente expuesto.


En este ejemplo puedes apreciar el efecto de una toma a contraluz (foto 1) con exposición automática, con la exposición compensada (+EV) y mediante el flash de relleno (foto 3). En este caso, el mejor equilibrio se obtiene, gracias al flash, en la foto 3.

Los días nublados son una excelente opción (en muchos casos la más adecuada) para las tomas de retrato. También puedes buscar una luz difusa en una sombra clara o al abrigo de una pared orientada hacia el Norte. En estas situaciones tendrás una luz sin sombras y muy adecuada para la gran mayoría de fotografías de retrato.


La luz difusa es una de las más interesantes en el retrato. Cuando quieras potenciar la expresión del modelo, y no quieras que los efectos de la iluminación sean protagonistas, utiliza sombras claras o días nublados.

El objetivo

Al hacer un retrato deberás elegir con cuidado la distancia focal adecuada al plano que realices. Recuerda que el angular distorsiona, el normal capta las cosas con "normalidad" y el teleobjetivo aplana. Todo ello es cierto, pero debes tomarlo con cierta flexibilidad, ya que un angular distorsiona si el motivo está muy cerca, el plano es muy corto o la cámara está inclinada. El normal, utilizado a distancias cortas, también puede distorsionar. El teleobjetivo moderado, utilizado para un primer plano, aplana de forma inapreciable el rostro.

Generalizando un poco, puede decirse que todas las distancias focales pueden ser útiles en un retrato, pero si haces planos cortos y primeros planos, el teleobjetivo moderado es el que te proporcionará mejores resultados.





Un primer plano tomado con angular distorsiona las facciones del modelo, mientras que el teleobjetivo capta unas proporciones más acordes con la percepción del ojo humano. El teleobjetivo también permite desenfocar el fondo del retrato.

Aspectos formales del retrato

Los aspectos formales más importantes en el retrato se encuentran en la:
  • Espontaneidad
  • Expresión
  • Pose
  • Atmósfera
La espontaneidad es algo muy valioso y buscado por muchos fotógrafos, pero no siempre resulta fácil ni posible obtener retratos espontáneos. Un retrato preparado (bien preparado, claro) puede ser tan o más interesante que uno de espontáneo. Basta recordar que en el cine nada es espontáneo y, sin embargo, la mayoría de las películas resultan creíbles. Quizá la dificultad estriba en que un retrato preparado requiere un mayor esfuerzo y dedicación por parte del fotógrafo.

La expresión es el elemento básico del retrato. A través de ella el fotógrafo puede transmitir las emociones, sentimientos y personalidad del modelo. Por esta razón, el trabajo del fotógrafo consiste en intentar obtener una expresión ajustada a sus intereses y evitar, tanto como sea posible, la expresión estereotipada de la típica "cara de foto". La sonrisa tópica a la cámara no aportará nada a la expresividad de la fotografía y habrás perdido la oportunidad de trabajar a fondo con tu modelo. Dedica el tiempo que sea necesario, y realiza tantas capturas como creas conveniente, hasta obtener aquella expresión que te cautive.



Los niños son una fuente inagotable de espontaneidad y variedad de expresiones. Aprovecha para hacer simpáticas series de tus pequeños modelos.

La pose transmite sensaciones muy sutiles al espectador. Si el modelo está tenso, ello aparece reflejado en la fotografía y también crea tensión al espectador. Si el modelo está recostado en una silla, con el torso hacia atrás, transmite sensación de distanciamiento y lejanía. Por el contrario, si el modelo tiene el torso ligeramente inclinado hacia la cámara transmite proximidad y calidez.

En un primer plano, una posición frontal del modelo puede resultar un tanto "pesada" y el resultado un poco "plano". Si el modelo adelanta un hombro hacia la cámara (en la pose denominada de tres cuartos), el retrato gana en dinamismo. Esta pose permite elegir el lado del modelo que consideres más adecuado a tus intereses.


En los tres retratos se puede apreciar la importancia de la pose de la modelo. En la primera, la modelo parece algo distante, en la segunda aparece más "próxima" y, en la tercera, ajena a la cámara, dirige la mirada a algo que sucede fuera del encuadre.


La atmósfera, en el caso de la fotografía, puede tener dos interpretaciones: la atmósfera que crea el fotógrafo para la sesión y la que capta la fotografía. En este caso, nos referimos a la atmósfera que debes ser capaz de crear para que la sesión (tenga la duración que tenga y sea donde sea), se desarrolle de acuerdo a tus intereses.

Puedes utilizar lugares tranquilos o ruidosos, iluminación dura o suave, puedes hablar con tu modelo de diferentes temas o estar callado, puedes utilizar música o el silencio. Las variables son muchas, pero antes de iniciar una sesión es muy importante que pienses es qué ambiente te interesa crear para que tu modelo se sienta influido por esta atmósfera. Si consigues crear la atmósfera adecuada tienes muchas más posibilidades de realizar una sesión de retrato exitosa.

Aspectos estéticos del retrato

Algunos aficionados prestan muy poca atención a los aspectos estéticos, pero, en la mayoría de ocasiones, los pequeños detalles son los que marcan la diferencia entre una fotografía correcta y una buena fotografía. Los principales aspectos estéticos que debes tener en cuenta son:
  • El fondo
  • El maquillaje
El fondo de una fotografía también es parte de la fotografía. Esta afirmación puede parecerte obvia, pero en demasiadas ocasiones se puede comprobar como el fondo arruina una fotografía. No resulta extraño ver retratos, realizados en exteriores, en los que, por ejemplo, las ramas de un árbol se superponen a la cabeza del modelo, o en los que una zona del fondo, excesivamente iluminada, resta protagonismo a la expresión. Procura buscar fondos neutros y, si es posible, desenfocados.


Al realizar retratos espontáneos en exteriores, cuida los fondos. Aquí puedes apreciar la importancia de un fondo confuso o de un fondo liso en un retrato.


El maquillaje puede parecerte cosa de sesiones de fotografía profesional, pero en los retratos preparados de amigos y familiares puede darte excelentes resultados.

Las imágenes fotográficas no reproducen con exactitud lo que ven nuestros ojos. Por ello, ayudarse de unos ligeros toques de maquillaje puede contribuir a obtener mejores resultados. Perfilar con una sobra los ojos, un poco de rímel en las pestañas, unos polvos de base para evitar brillos en la piel y una barra de labios suelen mejorar cualquier retrato.

Los polvos de base serán muy útiles para evitar los desagradables brillos en la piel. Controla los indicios de sudor en la piel. Producen una sensación poco agradable. Si no quieres los labios pintados, la barra de labios puede ser de color neutro (un protector labial también sirve). Si la utilizas podrás comprobar como el brillo que proporciona en los labios mejora los resultados.




En los retratos en primer plano, intenta (siempre que te sea posible) que tus modelos estén maquillados. Unos polvos de base para evitar brillos, una sombra de ojos y una barra de labios, pueden mejorar notablemente los resultados.








 

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